viernes, 22 de octubre de 2010

New York, New York


No tengo el reloj delante, pero creo que aquí son algo así como las 10 y pico de la mañana. Estoy en Nueva York. Sí, así es, lo juro. Haré fotos que lo demuestren. ¿Os acordáis de esos flasbacks que salen a veces en las películas y dicen "unas horas antes" o "unos días antes"? Pues nosotros vamos a ir un momento a ayer, día 21 de octubre. Concretamente a las 8 de la mañana, la hora en que me levanté.

No hizo falta ni que sonase el despertador, estoy tan nervioso que me despierto antes (y es que uno no cambia de continente todos los días, no es como ir a clase). A las 10:30 ya estamos en Manises (hace años que no pisaba este aeropuerto...) y a las 13:30 sale el avión hacia Madrid-Barajas. Es increíble lo poquísimo que tardamos en llegar ¡a penas 40 minutos! Pero a ello tienes que sumarle todo lo que se tarda en hacer el checking, el waiting y todos esos coñazos que acaban en ing. Total, que si viajas a Madrid en avión te tiras muchísimo más tiempo en el aeropuerto (horas) que en el propio vuelo. Vamos, que no compensa. Mejor cogeos el AVE (que parece que por fin lo vamos a tener ¡ya era hora! Mejor para Camps, que así se podrá apuntar él el tanto).

Llegamos a Barajas a las 14:30, con un poco de retraso, así que no da tiempo para nada, tenemos que cruzar rápidamente de punta a punta esa miniciudad que es la T4; que, por cierto, es una preciosidad de sitio. Pero, tranquilos, hay un minimetro que nos lleva de un lado a otro ¡Bien!

Llegamos a nuestra terminal. Eestaba toda llena de yankis (para quien no lo sepa, en España solemos llamar así a los estadounidenses). Me llamó la atención (¿y a quién no?) una mujer de proporciones más que exorbitantes que llevaba una camiseta que decía I love Obama. Ella lo dejaba bien claro, por si a alguien le cabía alguna duda.

Subimos al avión. Son las 5 de la tarde y nos esperan 8 horas y media de vuelo. Mi padre ha reservado los asientos en el medio, junto al pasillo, para poder entrar y salir sin molestar a nadie. Una decisión muy sabia.

Así que aquí estamos, sentados. A nuestro lado tenemos a un chico y una chica, españoles, valencianos para más señas. Me gustó. Qué bien, así me siento como en casa, pensé. Creí que eran pareja (hoy en día te puedes encontrar de todo, así que no me pareció extraño dada la juventud de ambos). Pero no, luego descubro que son padre e hija. Ella rondaría los veinti y pico y él lo cierto es que no parecía mucho más mayor, no sé qué edad tendría. De todas formas eso no importa, porque no hablamos nada en todo el viaje.

A todo esto, volamos con Iberia, por si no lo había dicho antes, (que los yankis, por cierto, llaman Aibiria). Antes de despegar, las azafatas se convierten momentáneamente en mimos y nos explican, con cara de estar un poco hartas de haberlo hecho tantísimas veces, las normas de seguridad. Y nos piden que nos leamos el folleto ese que nunca nadie se lee sobre las normas de seguridad complementarias ¿Alguna vez alguien se lo ha leído?

El avión se coloca en cola para el despegue. Yo me preparo, siempre me ha gustado ese momento en que el avión se separa de la tierra y tú dejas de sentir el suelo. El avión avanza tranquilo, va tomando su posición. Se para. Espera a que la torre de control le dé permiso para despegar. La torre hace lo propio. De pronto el piloto es poseído por el espíritu de Fernando Alonso y comienza a acelerar. Acelera, va tan rápido que la inercia te echa para atrás.......... El avión despega.

8 horas por delante. Por suerte voy equipado con libros, mp3 y toda la pesca. De hecho, me saco mi libro de Gabriele Ranzato, El pasado de bronce, la Guerra Civil y su influencia en la España democrática que me tengo que leer para Tendencias Historiográficas Actuales de Contemporánea y las dos o tres horas siguientes se me pasan volando (nunca mejor dicho) hasta que nos dan de cenar.

No es cierta la leyenda esa de que se come mal en los aviones, yo al menos comí bastante bien. El pequeño pero no por ello menos sabroso menú consiste en unos tortellinni con queso y tomate, una pequeña ensalada, pan, lo que quieras para beber (en mi caso un zumo de naranja) y una tarta de queso y frambuesa.

Luego nos ofrecieron prensa gratuita, escogí mi periódico, pero no pude hacer mucho más, apenas empecé a leer me quedé frito ¡Y me desperté sólo una horita antes de llegar! Justo a tiempo para que nos dieran lo que los pijos llaman un refrigerio, que no es otra cosa que algo frío para beber antes de llegar a nuestro destino.

Llegamos a las 20:00 hora neoyorkina, 2:00 am hora española (1:00 en Canarias). Allí nos esperaba nuestro amigo, Gus (de Gustav, Gustavo para los amigos), que es una bellísima persona a quien yo no veía desde hace 10 años. Adoro a ese hombre, de no ser por él y su mujer quizá no vendría a un país como Estados Unidos.

Gus nos lleva hasta su casa a través de Queens y Manhattan. Es una pasada verlo de noche, todo iluminado, es inmenso, es indescriptible. Llegamos a casa de Gus. Su mujer, Cohava, que es maravillosa, nos abre la puerta y yo me lanzo a darle un enorme abrazo. Hacía 10 años que no la veía.

Nos tienen una cena preparada, no me lo esperaba. Todo muy abundante, muy al estilo yanki. Cuando no tengo que decir nada o hacer de intérprete para mi padre me dedico a curiosear un momento las etiquetas de los productos.

Después de cenar salgo un momento a su terraza. Desde ahí puedo ver, no muy lejos, el famoso Empire State Building, todo iluminado rodeado por el resto de rascacielos de Manhattan.


Es difícil decir qué se siente, es algo muy diferente a cualquier ciudad española, o incluso europea. No sé decir qué sentí, pero fue precioso.

Nos fuimos a dormir prontísimo. a eso de las 11. Y mañana os cuento más, lo prometo, porque mi padre me está llamando desesperado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Adriii esto lo haces para torturarme verdad??? para que me muera de la envidia verdad personajillo ruin???? es bromaaaaaaaaaaaaaaaa me encanta saber que estas bien y que te está gustando el viaje, yo daría lo que fuera por poder estar ahi ahora me parece que debe ser alucinante! Claro, eso si.. saltandome el avión.. se que lo tengo dificil pero en fin.. jajajaj buenooo cuelga otro comentario a poder ser con foto lo mas rápido posible que aquí se te hecha de menos!!
Un besitoo enorme para ti y para tu papi! Ah pone anónimo pero soy Carla supongo que lo sabes pero te lo tenia que decir debido a la inmadurez de tu cerebrito... es bromaaa de nuevoooo!! cuidateeee!

Anónimo dijo...

Ah por cierto.. se me olvidaba.. creo que no hace falta ni que te diga que si ves a algún chulazo famoso por ahi te hagas una foto con el y le pidas una firmilla para mi.. o que le arranques un trozo de pelo o algo asi..jajajajajajaja!

A. HACHE dijo...

Carlitaaaaa!!!!!

Siento decepcionarte cariño, pero no he visto a ningún famoso (y eso que ayer estuve en Broadway! Mira el último artículo, "Un día en Central Park")