lunes, 2 de marzo de 2015

Y nosotros ¿qué?

Ahora que ha concluido el Debate sobre el estado de la Nación, nos preguntan eso de "¿quién cree usted que ha sido el ganador?" Si lo pensamos bien, yo diría que la pregunta, en sí misma, ofende a la inteligencia. ¿Quién cree usted que ha sido el ganador? Como si todo esto no fuese más que un juego, el del "y tú más", más preocupados por descalificarse mutuamente que por mejorar la calidad de vida de la ciudadanía; lo dicho: una farsa, puro teatro.

Lo peor es que con este lamentable espectáculo se devalúa algo tan noble como es el ejercicio de la política, que no es otra cosa que la preocupación por los asuntos públicos, por cómo y bajo qué normas y leyes organizar la vida en común de una forma que sea lo más justa posible. La política es, o debería ser, pues, un asunto que nos incumbe no sólo a los políticos profesionales, sino a todos nosotros y nosotras.  

Cuando yo oigo lo de "y usted ¿quién cree que ha sido el ganador?", me pregunto: y el pueblo ¿cuándo va a ganar? Los más de 4 millones de parados, muchos de ellos padres y madres sin trabajo que han de alimentar a sus hijos estirando la paupérrima pensión de los abuelos ¿cuándo van a ganar? Las mujeres, que cobran de media un 11% menos que los hombres aun haciendo el mismo trabajo, los enfermos de hepatitis C, los dependientes a los que se les han disminuido artificialmente el grado de dependencia para reducir (o anular) las pensiones que legítimamente se les deben, las y los estudiantes que no pueden continuar su carrera por no poder pagar las cada vez más elevadas tasas universitarias... Todos ellos, ¿cuándo van a ganar?

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