sábado, 27 de septiembre de 2008

Anábasis de Alejandro Magno. V Parte

Asedio de Tiro. Por André Castaigne


Como dice la canción, he despertado antes de que terminara septiembre y aquí tenéis una nueva entrega de la Anábasis. Con ella finaliza el Libro II. El próximo mes comenzaremos con el tercero y último libro de esta práctica (pues recordad que esta obra original de Arriano consta de 6 tomos, pero yo sólo he trabajado con los tres primeros).


Para los curiosos, os aconsejo que cliquéis en el enlace que veréis según vayáis leyendo. Contiene mucha y muy curiosa información




Anábasis de Alejandro Magno


A los pocos días recibió Alejandro emisarios persas que le entregaron una carta de Darío. En ella se dirigía a Alejandro como un igual, como rey, y le ofreció su alianza y la mitad de sus territorios a cambio de su madre, su esposa y sus hijos. Alejandro contestó que para qué iba a conformarse con una parte del territorio si podía tenerlo entero, que si se consideraba rey que luchara por su familia y su reino y que, de no actuar así, lo considerara ya el rey de toda Asia.

Prosiguió Alejandro su avance hacia la ciudad de Biblos, que le fue entregada mediante un acuerdo. Continuó hasta la ciudad de Tiro. De camino hacia allí, se cruzó Alejandro con embajadores tirios que, en un principio, acordaron entregarle la ciudad, mas, parece ser, luego cambiaron de opinión, lo cual irritó en demasía a Alejandro y no dudó en tomarla por la fuerza.

Tuvo que convencer Alejandro a sus Compañeros sobre la gran importancia de la toma de Tiro. Les dijo que si dominaban Tiro el resto de Asia ya no se les resistiría. Convencidos los Compañeros, pusieron rumbo hacia la ciudad.

A su llegada comenzó el asedio. Fue largo y complicado, duró más de 7 meses, pues los tirios lucharon con sudor y valentía, aunque terminaron por ser diezmados por las tropas macedonias. Alejandro, irritado por lo costoso de la victoria, masacró y esclavizó a toda la población de la ciudad.

Tras la toma de Tiro se dirigió Alejandro a la ciudad de Gaza, cuya conquista fue de características similares a la de Tiro. La mañana antes del asedio, despertó Alejandro y un pájaro carroñero se posó sobre su cabeza. Alejandro, al contarle este hecho al adivino Aristrandro, éste interpretó que la ciudad sería tomada con éxito, pero que Alejandro debía andarse con tiento, porque es probable que algo le ocurriera. Y así sucedió: tras un angosto asedio, Gaza fue tomada y Alejandro resultó de nuevo herido.

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